viernes, 14 de enero de 2011

EBE10


Hace dos meses, fue el EBE 10 en Sevilla, un acontecimiento al que tuvimos el privilegio de poder ir la mayoría de compañeros de biblioteconomía. Ya que, si no hubiéramos tenido esta asignatura, ni nos hubiéramos enterado que tal evento existía. Aquí os pongo una foto de la presentación del EBE10.


Pues bien, YO fui una de esas privilegiadas y no me arrepiento para nada el haber ido, sobre todo, el primer día. En mi caso, fui con mi compañero de clase Moisés, compañero de aventuras universitarias, y allá que fuimos a descubrir otra nueva aventura, de esas que tantas te da la carrera. En el ambiente se respiraba muchos nervios, ilusión, gente que llevaba todo el año deseando tal evento para reunirse con compañeros o conocidos de eventos anteriores.
Tengo que reconocer, que los nervios del ambiente se me pegaron un poco. En mi caso, todo era nuevo; nuevas experiencias, nuevas tecnologías, gente nueva y muy amable, y muchas cosas para participar(stand, conferencias, redes sociales como twitter, cajas para poner mensajes, juegos, etc.)


En esas cajas que he dicho antes para poner mensajes, yo, por aportar algo al evento, dejé mi facebook a ver si, por casualidades de la vida, conocía gente nueva. Pero no hubo suerte, ya que la mayoría de los mensajes que dejaban eran de broma. A pesar de eso, me gustó mucho los posit que tenían de manitas y corazones, eran muy originales. Os dejo otra foto para que sepais de qué cajas estaba hablando, sobre todo, para los que no pudieron ir al evento.


Aunque, lo mejor de lo mejor, fue la mochila y la super merienda. La "mochila misteriosa", que nadie sabía exactamente lo que contenía, es una de éstas cosas que cogimos con tantas ganas. Traía folletos, juegos, posit, la credencial del evento, una chapa, pegatinas; era variada, la verdad.

Y la famosa merienda dio mucho de qué hablar. Entre los nervios, las caminatas de arriba abajo, ir a un stad y a otro, mirándolo todo mil veces; uno es normal que se canse, y, sobre todo, que ya era hora de merendar y nuestro estómago no nos lo perdonaba. Hicimos el intento de comprar un café de una máquina que había en el salón, pero 2 € no era un precio muy asequible para un mini café. Y llegó nuestra salvación de manera inesperada... Tres grandes mesas por todo el salón, en las cuales habían tortas típicas de Sevilla, café y unos mazapanes rellenos de chocolate que arrasaron tanto como los zumos. La gente, incluso, se peleaba por coger de todo, y si era dos o tres de cada cosa, mejor que mejor. Moisés y yo, que solemos ser muy pacíficos, cogimos nuestros respectivos zumos, alguna que otra torta y unos cuantos mazapanes para probarlos; y nos pusimos en una mesa a disfrutar de esa fantástica merienda que tan bien nos sentó. De nuevo, para nosotros, la mejor foto del evento, nuestro "gran tentempié".
Y, así terminó otra de nuestras grandes aventuras universitarias, con una gran satisfacción, grandes descubrimientos, y, sobre todo, con el estómago bien llenito.

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